349: Los siete bautismos en la Biblia - 3/11/2024
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Pastor José Luis Cinalli
3/11/2024
Los siete bautismos en la Biblia
3/11/2024
Los siete bautismos en la Biblia
“… Principios elementales… de la doctrina de bautismos…”, Hebreos 6:1-2 (BTX2).
¿Cuáles son los bautismos mencionados en la Biblia?
1) El bautismo de Moisés. “… Fueron bautizados en Moisés… y así quedaron unidos a Moisés…”, 1ª Corintios 10:2 (NRV1990, TLA). Al pasar por las aguas del mar Rojo los israelitas se unieron espiritualmente a Moisés así como hoy en día quedamos “unidos a Cristo en el bautismo”, Gálatas 3:27 (NTV). Ya que somos bautizados “en Cristo” (Gálatas 3:27) el bautismo de Moisés ya no sirve.
2) El bautismo de Juan. Era de Dios (Mateo 21:25; Lucas 7:30) y “para perdón de pecados”, Marcos 1:4. Tenía como propósito que los judíos creyeran en Cristo, Hechos 19:4. Fue válido hasta Pentecostés. Desde entonces el único bautismo que vale es el de la Gran Comisión: “bautizándolos en el nombre del Padre... del Hijo, y del Espíritu Santo”, Mateo 28:19. Los bautizados en el bautismo de Juan después de Pentecostés tenían que volver a bautizarse, Hechos 19:3-5.
3) El bautismo de Jesús. “Y Jesús… fue bautizado”, Mateo 3:16. Jesús fue bautizado no porque tuviera pecados sino para obedecer a Dios e identificarse con nuestra condición humana y pecadora.
4) El bautismo de sufrimiento. Jesús se refirió a sus sufrimientos como un bautismo: “Me espera un terrible bautismo de sufrimiento…”, Lucas 12:50 (NTV). Jesús fue ‘sumergido’ en sufrimientos; en la cruz fue bautizado en aflicción. En el Getsemaní dijo: “Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte…”, Marcos 14:34 (NTV). Lucas dice que “estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre”, Lucas 22:44 (NTV). Jesús le dijo a sus discípulos: “serán bautizados con mi bautismo de sufrimiento”, Marcos 10:39 (NTV).
5) El bautismo de la Gran Comisión. Es el bautismo ordenado por Jesús y vigente hoy en día. El bautismo es esencial para la salvación: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo…”, Marcos 16:16. “… Dios nos salva por medio del bautismo…”, 1ª Pedro 3:21 (TLA). Por supuesto, el bautismo no es el único requisito para la salvación. Para ser salvos es necesario oír la Palabra (Romanos 10:17; Hechos 18:8; 1ª Corintios 1:21); creer que Cristo es el Hijo de Dios levantado de los muertos para nuestra justificación (Romanos 10:9); arrepentirse de los pecados (Lucas 13:5; Hechos 3:19, 17:30); confesar a Cristo (Mateo 10:32-33; Romanos 10:10; Lucas 12:8-9; Hechos 8:37; Mateo 16:16); bautizarse (Marcos 16:16; Romanos 6:3-4; Hechos 2:38) y obedecer a Dios (Juan 8:51; Mateo 7:21; Juan 3:36). El que hace todo esto es una nueva criatura (Juan 3:3-5), entra en el reino de Dios (Colosenses 1:13), es bautizado en un cuerpo (1ª Corintios 12:13); agregado al Señor (Hechos 11:24), a su iglesia (Hechos 2:47) y recibe el regalo del Espíritu Santo, Hechos 2:38.
El bautismo es esencial para el perdón de los pecados. “… Deben arrepentirse de sus pecados y… ser bautizados… para el perdón de sus pecados…”, Hechos 2:38 (NTV). Juan predicaba “el bautismo… para perdón de pecados”, Marcos 1:4. Ananías le ordenó a Saulo: “… Bautízate… para limpiarte de tus pecados…”, Hechos 22:16, (DHH C 2002). Observa los individuos bautizadas en el N.T. Todos eran pecadores que creían el evangelio y se arrepentían de sus pecados. “… Los que creyeron… fueron bautizados…”, Hechos 2:41 (NTV). Cuando los samaritanos “… creyeron… se bautizaban…”, Hechos 8:12. El mismo día en que el eunuco creyó “… Felipe lo bautizó”, Hechos 8:38 (TLA). Después de su encuentro con Jesús Saulo fue inmediatamente bautizado, Hechos 22:16. Lo mismo sucedió con Simón (Hechos 8:13), Lidia (Hechos 16:15) y con el carcelero de Filipo, Hechos 16:33. Cuando Crispo y muchos otros corintios oyeron “la palabra, creían y se bautizaban”, Hechos 18:8 (N-C). El caso de los efesios no fue diferente: “al oír… se bautizaban…”, Hechos 19:5 (N-C). Como verás, la gente se bautizaba inmediatamente después de creer y arrepentirse de sus pecados. Esto significa que los predicadores demandaban el bautismo para el perdón de los pecados (Hechos 2:38) porque el bautismo salva, 1ª Pedro 3:21. Finalmente, el bautismo es esencial porque pone a la persona en comunión con Dios: “… Cuando fueron bautizados… quedaron unidos a Cristo…”, Gálatas 3:27 (TLA); Romanos 6:3. “… Bautícenlos para consagrárselos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo”, Mateo 28:19 (NBE). “Arrepiéntanse y sean bautizados… así Dios… les dará el Espíritu Santo”, Hechos 2:38 (NBLH, TLA).
6) El bautismo de fuego. “Yo los bautizo con agua… pero aquel que viene detrás de mí… los bautizará (“los sumergirá”, Kadosh)… en el fuego”, Mateo 3:11 (BPD). ¿A qué fuego se refiere? Al juicio final de los incrédulos en “el infierno de fuego”, Mateo 5:22. Lo sabemos por el contexto. El versículo anterior dice: “El hacha de Dios está lista para talar los árboles que no den fruto, para que sean arrojados al fuego”, Mateo 3:10 (NT-BAD). Luego dice: “El que viene después de mí separará a los buenos de los malos. A los buenos los pondrá a salvo, pero a los malos los echará en un fuego que nunca se apaga”, Mateo 3:12 (TLA). El bautismo de fuego es un bautismo de juicio. El fuego es una descripción metafórica del infierno, el cual es eterno. “Nuestro Dios es fuego consumidor”, Hebreos 12:29. Un fuego que consume puede ser negativo o positivo. El fuego destruye o purifica. Veamos algunos ejemplos del fuego destructor de Dios en forma de castigo: “El SEÑOR viene con fuego… Él traerá castigo… con el ardiente fuego de su dura reprensión”, Isaías 66:15 (NTV). “… De su presencia sale fuego que consume a sus enemigos”, Salmo 97:3 (TLA); Deuteronomio 32:22. “Si decidimos seguir pecando, solo nos queda esperar el juicio terrible, un fuego ardiente que destruirá a los enemigos de Dios”, Hebreos 10:27 (PDT). Nadab y Abiú fueron castigados por el fuego de Dios, Levítico 10:2. Después que los rebeldes Coré, Datán y Abiram cayeron vivos al infierno (Números 16:32-33) “Dios envió un fuego y los doscientos cincuenta” que los habían seguido en la rebeldía “murieron quemados”, Números 16:35 (TLA); Números 11:1. El fuego que cayó del cielo y mató a los mensajeros del rey Ocozías era un fuego de destrucción, 2º Reyes 1:12. Los que no quieran aceptar la invitación a estar a cuentas con Dios serán devorados por el fuego: “Jesús vendrá del cielo con fuego ardiente para castigar a… los que no reconocen a Dios…”, 2ª Tesalonicenses 1:8 (PDT). Jesús condenará a los pecadores no arrepentidos al “fuego eterno (Mateo 18:8, NTV)… al lago de fuego”, Apocalipsis 20:15. “El Hijo del hombre… arrancará de su reino a todos los que pecan y hacen pecar… esas personas… irán a parar al fuego (NT-BAD)… al infierno”, Mateo 13:41-42 (NVI, TLA). Jesús dijo: “… El que no permanece unido a mí, es arrojado… al fuego para ser quemado”, Juan 15:6 (BDA2010). El bautismo de fuego es para el futuro y la única manera de evitarlo es obedeciendo a Dios. ¿Dejarás tus pecados e irás al cielo o seguirás con tus pecados e irás al infierno? La vida y la muerte, el bien y el mal están delante de ti: ¿qué decisión tomarás?
Existe otro fuego que resulta positivo porque purifica trayendo pasión y pureza; unción y poder: “Yo los bautizo con agua… pero aquel que viene detrás de mí… los bautizará (“los sumergirá”, Kadosh) en el Espíritu Santo y en el fuego”, Mateo 3:11 (BPD). El fuego es el símbolo del Espíritu Santo que penetra y purifica: “Él es como el fuego que se usa para purificar…”, Malaquías 3:2 (PDT). Unos serán consumidos por el fuego; mientras que otros serán purificados por él. Queremos arder, pero no con un fuego que mata sino con un fuego que limpia, purifica y nos capacita para ser efectivos en el ministerio. Aspiramos a que la sublime Presencia de Dios se manifieste como el fuego del refinador quemando en nuestra vida todo lo que obstaculiza su gloria. Que su presencia sirva como encendedor, incendiando todo nuestro ser por Cristo y su reino e inflamando nuestra alma con el fuego de Dios para la salvación de un mundo perdido y moribundo. ¡Seamos candeleros ardientes llevando el fuego de la manifiesta presencia de Dios! Que nuestra pasión por conocer a Dios crezca constantemente. Quitemos las telarañas de nuestra vida de oración. Es cierto que la iglesia es la esperanza del mundo, pero la manifiesta presencia de Cristo es la esperanza de la iglesia. Sin Dios la iglesia es un club de adoradores muertos. Agonicemos por un encuentro con Dios. El resto es secundario.
El bautismo en el Espíritu Santo. Lo trataremos en nuestro próximo encuentro.
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